jueves, 11 de enero de 2018

Jueves de citas #147

Esta es una sección en la que les voy a poner todas las citas que saco de algún libro en especifico. Tengo la manía de copiar todas las frases que me gustan, que me llegan que me hacen sentirme bien. 

Esta semana decidí ponerles las citas de:


Citas:

– No debes reírte de nadie y no debes fiarte de nadie. Es una ley de la vida: el mal siempre vuelve. Cuando volemos a la nueva casa, esa lección te será útil.
 - ¿Y el bien? – preguntó Nilú.
 La madre dudó un instante, después dijo: 
- El bien también vuelve. 


Le daba miedo caerse, pero el ansia era más fuerte que el miedo. 


 Si mantuviera las alas bien tensas y se lanzara al aire, se despegaría del nido. Hace falta mucho valor para volar por primera vez, para vencer el miedo al vacío y poder planear ligera por encima del prado entre dientes de león, prímulas y margaritas. 


La felicidad necesita que se hable de ella, como el dolor. 


 – No tengas miedo – la tranquilizó su madre. – El mundo de la tierra es difícil, pero nuestro reino está en el cielo. 


Escuchar la voz de tu corazón. Junto con el instinto te guiará siempre. 


– Si por cualquier cosa me pierdes – dijo Mian, - no me esperes, tú sigue volando más allá de los desiertos. Yo me reuniré contigo, nos encontraremos allí. Pensaré en ti tan intensamente que volveremos a encontrarnos. Cuando dos como nosotros se encuentran están destinados a vivir siempre juntos. Escucha la voz de tu corazón, porque yo estaré contigo.


Tú me has dado tu presencia y es un gran don; yo te he dado ayuda. Los dones tienen que devolverse, pero a otros, no a mí. Ahora tienes un compromiso, y cuando encuentres a alguien que tenga un problema te acordarás de esta viejecita y le devolverás el don de mis cuidados. Eso tendrás que hacer. Los regalos son para los hombres, pero los dones están reservados a los dioses del cielo. La cadena de los dones es sagrada, no puedes romperla, por favor. 


– No me debes nada, tú piensa solo en cuando estés en los países cálidos y hagas el nido. Entonces comprenderás que yo estaba aquí por ti, para ayudarte. En la vida hay personas buenas que nos indican el camino y yo soy una de ellas. No tengas miedo. 


Le hubiera gustado decirle que dos tienen menos miedo que uno. 


 Estos días que hemos pasado juntos han sido maravillosos. Y si pasáramos no tres, sino diez, cien o mil días juntos, mi pena sería cada vez mayor, porque la idea de saber que estarás lejos nunca me abandonará. La alegría de los encuentros deja tras de sí la melancolía de las despedidas, siempre. Tu ausencia me dejará como don la alegría de la espera. Y cada día que pase tendré la esperanza de poder encontrarte de nuevo.


 Pero una parte del don está en la alegría que se siente al devolverlo. 


 – Siempre me encariño con los amigos que voy haciendo; luego cuando sigo el viaje, tengo que dejarlos atrás y perderlos. Me da miedo quedarme sola en la vida. 
- Siempre nos quedamos solos. Estamos solos en el vuelo, solos en la vida, solos en los últimos días, cuando llegue el gran silencio. Yo me quedo aquí, pero en realidad no estoy solo. Pensaré en tu belleza y en nuestro encuentro, en el tiempo que hemos pasado juntos. Y no tendré miedo al invierno. Mis días tardíos se revestirán de una felicidad nueva, que será la de recordarte. Solo he tenido una compañera, para toda la vida. Siempre he estado con ella. Me ha acompañado todos los días, en la adversidad y en la alegría. Y eso ha sido un gran don de la vida, ¿sabes? Pero sigo siendo afortunado. Tú has estado conmigo solo tres días. Tres días pueden ser un don inmenso. A mi compañera la dejé hace un par de otoños en África, en una gran llanura llena de hierba. Voló hacia los cielos en los que reina el silencio y ahora reposa bajo un gran baobab. No pude reunirme con ella bajo el gran árbol, pero estoy seguro de que lo haré en los cielos del silencio, donde volar no cuesta ningún esfuerzo. Ya soy demasiado viejo – dijo Babak -, pero ella sigue estando aquí conmigo. 


 - ¿Ahora somos amigos? – preguntó Hadi. 
- ¿Y qué quiere decir ser amigos?
 - Cuidar uno del otro, aunque pasemos mucho tiempo sin vernos. Si estoy cerca de ti durante el vuelo, te ofrezco mi amistad como un don. Tú y yo somos libres para irnos, pero, en realidad, de hoy en adelante no volveremos a separarnos. Eso quiere decir ser amigos. 


 Me ha hecho feliz haberte conocido. Cuando vueles por aquí, acuérdate de nosotros, y si por casualidad volvemos a encontrarnos, la alegría será doble. Nos dejas el don de la espera, la dulzura de tu recuerdo y el sentimiento de la esperanza de tu regreso. 


– Vamos, vamos, sigue buscando. No puedes parar. No te dejes llevar por las lágrimas. ¿Nunca le has dicho a nadie – dijo la jirafa – que siga la voz de su corazón? ¡Es tan sencillo y tan difícil! Nadie o casi nadie lo consigue, porque cuesta hacerlo y hay que saber escuchar al corazón. Los hombres, por ejemplo – continuó sin dejar de rumiar, picoteando una hojita de aquí y otra de allá -, han perdido por completo ese don. Viven en ciudades ruidosas, tienen miedo del silencio, llenan sus almas de sonidos en lugar de pensamientos. Los sentimientos siempre hacen eco en el silencio del alma. Por eso los hombres hacer cosas ridículas como trabajar día y noche, acumular desechos en la periferia de las ciudades donde ahora viven las gaviotas. Han perdido ese don y han olvidado cuál es el camino correcto, se estrellan en las carreteras, se pierden en vidas sin sentido, y su continuo e imparable trajín para acumular papel de colores es ridículo. Los hombres dan risa. Yo, desde esta altura, lo veo todo – añadió la jirafa, y sonrió, socarrona, sin dejar de masticar - . ¿No da risa hacerse daño para obtener trozos de papel de colores? Eso son los hombres. 


Yo permaneceré para siempre dentro de ti y, cuando lo necesites, solo tendrás que llamarme y yo te responderé, siempre, estés donde estés. Eso también es un don, es el don más valioso que te dejo en este viaje



¿Leyeron el libro? ¿Cual es la frase que mas les gusto?



Saludos de tinta!!


No hay comentarios.:

Publicar un comentario